Un lugar que solía enamorarme II
Tras mi primera entrada, ahora te traigo las imágenes que de verdad me rompieron el corazón. Todos los años cuando era pequeña iba al famoso Puente de la Risa, un lugar al que todo el mundo iba, y que era una de esas pequeñas cosas emblemáticas e inolvidables de la manga. No es más que un simple puente de estilo romano que produce cierto cosquilleo en el estómago al cruzarlo en coche, porque no se ve la carretera de lo empinado que es.
Lo cierto es que yo lo recordaba más o menos así:
Pero esto fue lo que encontré:
Vista desde el puente. Chatarra por todas partes y un chalet de fondo. Me recuerda compleamente a los canales tahilandeses, pero estamos en España.
Parece una imagen del famoso lago de los Simpsons, pero es un canal del Mar Menor. Contaminación por todas partes.
La carretera por su parte no deja mucho que decir. Este puente ya no da risa pasarlo, da miedo porque no sabes si va a estar roto o se va a derrumbar contigo encima.
Claro, que encontrar este cartel justo a la entrada del puente explica todo. El interés está claro. Todo lo que quieren es vender, y ya las cosas que importan no son importantes. ¿Nadie piensa que explotando esta zona como atractivo turístico no sería mucho más rentable que haciendo chalets para cuatro familias para obtener dinero ahora sin más miras de futuro?
No puedo entenderlo, pero las cosas están así. A mi me parece poca visión, pocas ganas, menos preocupación y ganas de sacar dinero instantáneo, pero si lo que quieren es dinero, un buen negocio no se construye así, se cosntruye poco a poco con ideales e iniciativas, y probablemente mantener este lugar como antes o mejorarlo sea mucho mejor idea a la larga que vender chalets, pero no es más que mi opinión y al fin y al cabo no soy nadie para criticar lo que hacen los demás, sólo puedo expresar lo que siento.
Love,
Adri